Gracias a nuestros amigos de Instrument Boutique, hoy entrevistamos a Marco Cortes, luthier detrás de Marco Bass Guitars.
Marco es un luthier de origen brasileño afincado en Estados Unidos con una larga experiencia construyendo instrumentos de cuerda. En su taller brasileño construía bajos, guitarras, mandolinas, etc. También ha trabajado en Japón. Marco bobina sus propias pastillas, lo que aporta una sonoridad propia y muy personal a sus instrumentos.
La Clave de Fa:
¿Cómo empezaste a construir instrumentos? ¿Hay algún tipo de formación oficial para ser luthier?
Marco Cortes:
Debido a cómo comencé, no tengo una formación formal. La razón por la que empecé a construir intrumentos es que no tenía suficiente dinero para comprar un buen instrumento, así que intenté hacerme uno. Comencé con 17 años en Brasil y, tras muchas pruebas y errores, construí finalmente un buen bajo.
¿Cuándo te diste cuenta o pensaste que construir instrumentos iba a ser tu profesión y tu modo de vida?
Gracias al proceso de construir yo mismo los instrumentos, mejoré y algunas personas empezaro a pedirme que les construyese su instrumento. En ese momento de mi vida decidí que quería hacer esto profesionalmente y, dado que disfrutaba construyendo, decidí hacerme luthier.
¿Qué ventajas presenta un instrumento hecho a medida frente a uno de serie? ¿Merece la pena?
Hay una gran diferencia entre ambos. Los instrumentos fabricados en serie son construidos por gente que no toca y es algo similar como pedir a una persona ciega que pinte tu casa.
Cuando alguien toca estos instrumentos se nota al tacto y al oído la diferencia, de esta forma yo puedo saber si es un instrumento bueno o malo y como puede ser mejorado. Para mi un instrumento es algo muy importante, es la voz de un músico, es su medio para expresarse musicalmente. Las fábricas tienden a tratar los instrumentos como si fuesen muebles, que son objetos comunes.
¿Podrías describirnos por encima el proceso completo de construcción de un bajo? ¿Cuánto tiempo puede suponer?
El primer paso es seleccionar la materia prima, y después, más importante todavía, es la preparación (secado y envejecimiento). Lo siguiente es la construcción (cortado, formado) y el acabado. Finalmente, se monta todo junto con el hardware (herrajes y electrónica) y las cuerdas. Estar pendiende de todos y cada uno de los pasos es lo que proporciona al instrumento su único «sabor» y personalidad.
Parece que una de las características que más aprecian los músicos que tocan tus instrumentos es la uniformidad y lo equilibrado del sonido a lo largo del diapasón, así como la dinámica del bajo. ¿Cómo consigues esto? Incluso en instrumentos caros siempre encontramos puntos muertos y notas desiguales.
Bueno, esto es debido a la forma en que construyo. Ya que aprendí por prueba y error, acabé desarrollando diferentes técnicas. Lo de los puntos muertos tiene que ver con el grosor de la pala y del alma. Si el alma está un poco suelta en algunos puntos, vibrará al tocar algunas notas alterando su sonoridad.
También construyes tus propias pastillas, ¿no? ¿Te cuesta mucho encontrar las características o sonido que buscas en las pastillas que se comercializan?
Si, así es, bobino todas mis pastillas. Empecé construyendo mis propias pastillas como todo el mundo: solía desmontar pastillas para ver y analizar cómo estaban hechas. Cuando empecé en Brasil había escasez de buenos materiales, así que tuve que ser ingenioso. Ahora que estoy en EEUU tengo acceso a los mismos materiales que utilizan las empresas más punteras. La necesidad es una buena maestra, y me obligo a hacer pastillas muy diferentes para mucha gente. Podría decir que son mejores, pero cualquiera afirmará que son distintas.
Viendo los los precios de tus instrumentos tenemos la sensación de que los instrumentos fabricados en serie están sobrevalorados. ¿Cómo es posible que un bajo fabricado industrialmente cueste más que uno artesano? ¿Estamos pagando por la marca en vez de por la calidad?
Sí, estás en lo cierto. Cuando la gente los compra está pagando por la marca y no por la calidad. Dado que empecé a construir instrumentos porque no podía permitirme un bueno, me gusta ser honesto con los músicos que están en una situación similar. En estos años he desarrollado un buen sistema que me permite construir los instrumentos con cierta facilidad.
La mayor parte de los instrumentos no valen lo que cuestan, y generalmente están hechos con demasiados adornos cosméticos. Yo priorizo la comodidad, lo cosmético es secundario.
Tienes una serie de bajos fabricados en Japón. ¿Qué tal se venden? ¿Cómo haces para coordinar toda la parte logística?
Todavía estoy arrancando con estas series, tengo que avanzar en este tema. Está retrasándose porque quiero que los instrumentos tengan la calidad que yo establezco como mi estándar. Elegí Japón como primera opción debido a que la calidad y los acabados son buenos. Mi prioridad siempre será los instrumentos que construyo personalmente porque así tengo un completo control del proceso. Si alguien va a recibir alguna queja por algo relativo a mis instrumentos, que sea yo el que la reciba.
Hasta aquí, la entrevista con Marco. Nos hubiese encantado preguntarle muchas más cosas, pero el tiempo es limitado y quisimos abusar de su amabilidad.
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