Física del bajo y el contrabajo

Muchos bajistas se sorprenden mucho cuando tocan un contrabajo por primera vez de las distancias en el instrumento. ¿Por qué tiene que tener un tiro tan largo? Si la notas son equivalentes, ¿para qué tanta incomodidad y dureza al tocar?

Recordemos un poco de física elemental y aplicarla a nuestros instrumentos.
Los factores que determinan la frecuencia (altura de la nota) en una cuerda son, simplificando mucho, tres: masa de la cuerda (si el material es el mismo podemos asimilar este parámetro al grosor de la cuerda), longitud y tensión:

f = k*T / (L*G) siendo k una constante que agrupa otros factores (densidad, etc), T la tensión, L la longitud y G el grosor.
Esto se puede traducir de la siguiente forma: a mayor tensión, mayor altura; a mayor grosor o longitud, menor altura.

Así pues, en nuestro bajo eléctrico la frecuencia de una nota (vamos a suponer el Mi grave) sería:

f = k*Tb / (Lb*Gb)

y para el contrabajo:

f = k*Tc / (Lc*Gc)

Si asumimos que tocamos la misma nota con los dos y que las cuerdas son del mismo material (acero rico en níquel), podemos escribir lo siguiente:

Tb / (Lb*Gb) = Tc / (Lc*Gc)

Vamos a ponerle números a esta igualdad. El tiro de un contrabajo 3/4 es aproximadamente 105 cm; el de un bajo, 86 cm. El grosor de la cuerda E en un bajo más o menos estándar es 2,8 mm; en un contrabajo un poco más: 2,9 mm.

Veamos cómo queda:

Tb / 240,8 = Tc / 304,5 o lo que es lo mismo:

Tc = 1,26 Tb

¿Qué quiere decir esto? Traducido al lenguaje común es que la cuerda E de un contrabajo tiene un 26% más de tensión que la de un bajo eléctrico. Haciendo las mismas cuentas para la cuerda G (1,3 mm y 1,4 mm para el bajo y contrabajo respectivamente) me sale que la del contrabajo tiene un 31% más de tensión.

Consecuencias:

    1. El contrabajo es bastante más duro de tocar, por la mayor tensión, la mayor altura de las cuerdas respecto al diapasón y su mayor tiro.
    2. Al tener la cuerda tanta tensión puede «mover» una caja de resonancia bastante grande y obtener más volumen. Existen bajos acústicos pero no dan ni una fracción del volumen sonoro que proyecta un contrabajo.
    3. El timbre de las notas del contrabajo (acústico o amplificado) no tiene nada que ver con las del bajo (eléctrico o acústico). Obviamente la construcción y la forma del instrumento es determinante, pero la tensión de las cuerdas también.

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