Los periódicos empezarán a llenar páginas y páginas en los próximos días hablando de «El Genio de Minneapolis». A todo el mundo le gustará Prince, empezarán a aflorar grabaciones piratas, discos póstumos… la necrofilia habitual.
Desde estas páginas queremos rendir homenaje a este músico extraordinario que amaba y disfrutaba tocando el bajo, aunque no fuese su instrumento principal.
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