Seguimos con esta serie de artículos dedicada a los efectos más típicos que se aplican al bajo. En esta ocasión vamos a analizar un efecto muy sencillo de entender: el octavador.
Un octavador es un efecto que consiste en generar, a partir de la nota que está sonando, otra nota más a una octava (o más) de distancia. La nota puede generarse una octava por encima (se duplica la frecuencia de lo que está sonando) o por debajo (se divide la frecuencia por la mitad).
Los primeros pedales octavadores eran monofónicos (sólo podían trabajar con precisión si se tocaba una nota cada vez) y generaban una o dos octavas por debajo. La implementación de estos primeros octavadores era analógica y se conseguía la octava baja aplicando filtros a la señal original para transformarla en una onda cuadrada y sobre esta, dividir la frecuencia entre dos (octava baja) o entre cuatro (dos octavas abajo). Quizás el pedal más conocido que utiliza esta tecnología sea el Boss OC-2. Obviamente, el sonido y color de la octava generada dista mucho del original, pero raramente se utilizaba la señal generada sola. El uso más habitual era mezclar las dos señales, consiguiendo un sonido «engordado» muy característico. En una canción pop de los 80 se escucha perfectamente el efecto en manos del maestro Pino Palladino:
Para generar una octava superior en los pedales analógicos, se recurría a rectificar la señal invirtiendo la parte negativa del ciclo, doblándose así la frecuencia. De nuevo, el sonido tenía una cierta calidad artificial.
Uno de los pedales clásicos analógicos que generaban esta octava superior era el Mu-Tron Octave Divider, el cual disponía de un control «mix» que permitía jugar con el balance entre la octava inferior y la superior.
El gran avance en este efecto ha venido de la mano de la tecnología digital. La nueva generación de pedales es capaz de generar un sonido más realista y fiel en las octavas y sobre todo, son polifónicos: detectan y procesan correctamente varias notas sonando simultáneamente. Para los bajistas puede que no sea una característica crítica, pero para los guitarristas y teclistas, sí.
El uso más típico de estos pedales es, usando la octava baja, dar más «peso» a la línea de bajo, o, en pasajes solistas, conseguir que el sonido del bajo no pierda cuerpo o siga destacando.
La octava arriba en el bajo se emplea emulando el sonido del bajo de 8 cuerdas (en el que las cuerdas se disponenen pareadas y octavadas). Michael League (Snarky Puppy) es bastante asiduo a este sonido:
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