Primera y segunda parte de esta serie.
¿Porqué un pedal ecualizador gráfico no es tan buena herramienta como parece?
Los ecualizadores gráficos en formato pedal tienen unas cuantas bandas de actuación predefinidas por el diseño, típicamente entre 5 y 10. No suele especificarse el ancho de esta banda de actuación, con lo que pueden quedar zonas del espectro en las cuales no tenemos control.
En el siguiente vídeo hemos alimentado con una señal de ruido rosa una unidad multiefectos Zoom B3, que incluye un ecualizador gráfico con 7 bandas de actuación: 50, 120, 400, 500, 800, 4500 y 10000 Hz.
Vemos claramente que al ir actuando sobre las diferentes bandas del pedal, quedan zonas sobre las que el pedal no actúa en absoluto. En un pedal con más bandas de ecualización esto no ocurre, ni por supuesto en equipos de estudio o profesionales. Estamos refiriéndonos a ecualizadores gráficos básicos, en formato pedal, con pocas bandas de ecualización.
Así mismo, no es posible hacer un filtrado efectivo de amplias bandas de frecuencia. En el mismo ejemplo, vemos como usando el ecualizador paramétrico y definiendo un ancho de banda Q muy amplio, podemos conseguir un filtro pasa-bajos como un pasa-altos (aunque no tan preciso como una unidad especializada). Esto es imposible conseguirlo con un pedal ecualizador gráfico de unas pocas bandas.
Conclusión
Si se desea tener un cierto control sobre el sonido de nuestro instrumento, un pedal ecualizador con algunas bandas de actuación es posible que no sea la opción más acertada. Puede servirnos para atenuar o realzar alguna banda en concreto, pero tiene que coincidir la que el fabricante haya decidido con nuestras necesidades. Por otra parte, la «curva» en el pedal puede ser totalmente desorientadora y confundir con lo que realmente está sonando.
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