Adiós, acordes
Veíamos en la anterior entrega que llegó un momento en el cual algunos músicos de jazz se cansaron del sistema armónico típico del jazz y sus progresiones de acordes. La solución que encontraron fue basar la improvisación en escalas o modos, y no en acordes. Se prescindió del ritmo armónico (acorde estable, acorde inestable, …) y se empezó a evitar toda configuración de voces que pudiesen recordar las resoluciones típicas de las progresiones de acordes.
Temas clásicos del jazz modal
En 1958 Miles Davis publica el álbum «Milestones«. El cuarto tema, «Miles» es un buen ejemplo de jazz modal. 16 compases en Sol dórico, 16 en La y otros 8 en Sol. Sin progresiones de acordes.
En 1959, publica el disco «Kind of Blue«, que abre con el tema «So What». 16 compases en Re dórico, 8 en Mib y otros 8 en Re.
El acompañamiento de So What también se basa en acordes, pero construyen los acordes por cuartas en vez de la tradicional superposición de terceras. Estos acordes son ambiguos y no crean la sensación de resolución de los acordes por terceras.
Miles no fue el único músico que empezó a prescindir de las progresiones de acordes, pero fue el más conocido.
La influencia de esta nueva forma de componer e improvisar fue muy grande. Otros músicos también se escaparon de la armonía funcional «tradicional» y empezaron a componer y tocar temas con «sabor» modal. Algunos ejemplos también muy conocidos: Maiden Voyage, de Herbie Hancock y Speak No Evil, de Wayne Shorter; entre otros. Maiden Voyage es un tema cuya armonía se basa exclusivamente en acordes suspendidos. Va cambiando el centro tonal pero el tipo de acorde se mantiene.
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