Harley Benton PB50 – Análisis

Foto promocional del instrumento. Fuente: thomann.de

Presentación

El bajo Harley Benton PB50 es un bajo que podemos encuadrar en la gama más económica. Es un bajo comercializado por la tienda alemana Thomann bajo su marca blanca para instrumentos, Harley Benton.

Sting y su Precision 51′

El diseño del bajo se basa en la primera versión del bajo Fender Precision, con su característica pastilla simple, golpeador que cubre los cuernos y cuerpo sin rebajes. En el año 1957 se rediseñó el cuerpo, forma de la pala y se incorporó la clásica pastilla partida. Este Precision, basado en el primer diseño, fue popularizado por Sting durante su carrera con Police y más tarde en solitario. Fender sigue comercializando este tipo de bajos y muchas marcas han hecho su propia versión del mismo.

Técnicamente, es el instrumento más sencillo que se pueda concebir, un cuerpo, sin rebajes, un mástil -atornillado- sin muchas pretensiones de agilidad o comodidad (más bien buscando la estabilidad), clavijas, puente sencillo y un circuito de lo más básico: pastilla simple, volumen y tono pasivo. Si podemos calificar a un bajo como minimalista, sería a este tipo de bajos.

Análisis

Centrándonos en el Harley Benton, se mantiene la simplicidad del diseño original. No nos olvidemos en ningún momento que se trata de un instrumento de poco más de 100€. Hemos tenido la oportunidad de probar dos unidades diferentes, las conclusiones son las mismas para los dos instrumentos.

La pala tiene una forma diferente (no se puede copiar alegremente el diseño de Fender) que comparte con otros bajos de la marca. Estéticamente es bastante discreta y no muy voluminosa, lo que ayuda a que el bajo no cabecee. Las clavijas de afinación son las típicas abiertas, sin marca o identificación alguna. Cumplen bien con su cometido, mantienen la afinación y giran bien en todo su recorrido.

El mástil es grueso, como es esperable en este tipo de bajos. El diapasón es de arce, siendo una pieza diferente a la del mástil. Los trastes son medianos y están bien rematados, sin aristas ni bordes que sobresalgan. La colocación de los mismos es correcta, el instrumento afina perfectamente en todo el registro. No se notan notas muertas y en general, el sonido es bastante uniforme.

La unión del mástil con el cuerpo está perfectamente terminada, mucho mejor que en bajos más caros. Por el lado de los graves no se percibe nada de holgura entre el mástil y el cuerpo, en el lado agudo, apenas cabe una hoja de papel. La sujeción por detrás se hace con la típica placa con cuatro tornillos.

Queremos insistir en este punto, es un indicativo de la calidad del diseño y del proceso de fabricación. Estos instrumentos tan económicos se fabrican en grandes tiradas, de forma prácticamente automatizada y ver que unidad tras unidad este punto de unión, que puede ser bastante crítico, se mantenga bien construido nos muestra que las plantillas que se han usado para hacer el cuerpo y el mástil están muy bien pensadas y las maderas bien secas y cortadas.

El acabado es un «sunburst» cubierto por un barniz bastante sólido y brillante. Si se opta por quitar el golpeador, el bajo queda también muy bonito (en nuestra opinión).

El cuerpo es, según la web de Thomann, de tilo, una madera no muy pesada, lo que se agradece. El peso de las dos unidades que hemos probado fue de 3.9 Kg y 4 Kg respectivamente, bastante contenido.

Sobre el cuerpo, directamente atornillada a la madera, una pastilla sencilla de marca Roswell (hasta hace un año aproximadamente, Thomann montaba pastillas Wilkinson, desconocemos el motivo del cambio de proveedor). La pastilla tiene las piezas polares de un tamaño generoso, algo más grandes que la típica pastilla de carácter más «vintage». Proporciona un nivel de señal bastante generoso y el carácter y sonido que se espera de este tipo de pastilla.

La electrónica es la más básica posible: un control de volumen y otro de tono. Los potenciómetros giran bien y se notan sólidos. En uno de los dos bajos se aprecia un ligero ruido al girar el potenciómetro de tono. La cavidad de los controles no está apantallada.

En uno de los dos bajos la pastilla venía un poco torcida (el mismo en el que el pote de tono rascaba un pelín), con una ligera inclinación respecto al plano de las cuerdas, solo perceptible al mirar de cerca. La razón es que un tornillo de sujeción en ese bajo en concreto estaba un poco torcido, no perfectamente perpendicular a la madera. En la otra unidad la pastilla estaba bien alineada. En cualquier caso, se soluciona fácilmente volviendo a atornillar manteniendo la perpendicular.

El puente es de tipo sencillo, con encordado a través del mismo (no ofrece la posibilidad de encordar a través del cuerpo). Su construcción es sencilla y funcional, sin nada que destacar. Su ubicación es correcta y permite octavar correctamente el instrumento, obteniendo una afinación correcta en todo el diapasón. Viene bien fijado al cuerpo, sin ranuras visibles.

Sonido

El sonido de este bajo es el que se espera de este diseño. Graves gordos y un registro medio que corta bien en la mezcla. Tenemos el típico «gruñido» de un Precision. Por diseño, no es un bajo con un sonido especialmente brillante, que es precisamente lo que se busca en este tipo de bajos.

Con cuerdas «round» es un bajo multiusos, encaja bien en contextos de música rock, pop,… Con cuerdas «flat» también se saca un sonido con un carácter más antiguo, que encaja muy bien con música estilo Motown o incluso jazz, al estilo de Monk Montgomery.

Al estar equipado con una pastilla sencilla y no tener apantallamiento, puede captar ruidos e interferencias eléctricas, pero no son especialmente audibles si tocamos con un equipo adecuadamente conectado (toma de tierra, etc).

En este vídeo de BassTheWorld.com podemos eschucharlo con una toma de sonido muy buena:

En La clave de Fa nos gusta mucho con cuerdas flatwound

Con cuerdas Thomastik JF-344:

Con cuerdas Ernie Ball «Cobalt» flatwound:

Conclusión

Hemos tratado de ser objetivos, pero es muy difícil serlo cuando se está probando un instrumento con un precio tan económico. La construcción, acabados y, sobre todo, el sonido, son estupendos, independientemente del precio. Si además tenemos en cuenta que el bajo cuesta poco maś de 100€, concluimos que es uno de los instrumentos con mejor relación calidad-precio que hemos encontrado en mucho tiempo.

4 comentarios

  1. Compré uno el verano pasado pero lo acabé devolviendo. En cuanto a sonido me sorprendió muy gratamente, pero los acabados dejaban mucho que desear: El puente no estaba bien alineado… no es nada anormal dentro del rango de precios que hablamos, pero en este caso se apreciaba a simple vista. El golpeador era muy rudimentario, cortado en un ángulo de 90º, sin ningún tipo de biselado para evitar cortarte ni nada. No le di mayor importancia, porque la idea era quitárselo… y aquí es donde vino la sorpresa: por algún extraño motivo habían taladrado dos túneles casi en perpendicular desde la pastilla y el cajón de la electrónica, dejando un agujero de aproximadamente 1cm de diámetro en la tapa, en el punto en que donde convergían.

    Puesto que sólo me ofrecían un descuento de 10€ en compras posteriores lo mandé de vuelta a Alemania y me hice con un Bronco (junto con el PB50, el único bajo con una sola single coil por debajo de los 4000€ que había en ese momento en Thomann), con el que estoy la mar de contento. No obstante… no descarto volver a probar suerte en un futuro, porque entiendo que las taras del mío son algo excepcional y, si las obviamos, era muy buen bajo para su precio.

    • Supongo que alguno debe salir con tara. Los dos que hemos probado estaban bien, sí bien es cierto lo que comentas del golpeador, está un poco tosco.

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